Existe la creencia que los jóvenes son quienes tienen más acceso a la información, sin embargo, a veces son a quienes más les cuesta hacerse conscientes que el futuro está mas cerca de lo que se cree y que muchas de las decisiones de hoy, van a definir el mañana.

Según pruebas realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) más del 92% de los estudiantes en Colombia no lograron resolver situaciones económicas del país, lo que ya da una perspectiva de la enorme oportunidad que existe en alfabetización financiera, especialmente en etapas de formación.

De acuerdo con Pilar Sanabria, presidenta de Inngenia Fundación “El 67% de los jóvenes no consulta herramientas como el extracto, pieza clave que ofrece una visión precisa de su actividad económica. Su correcta interpretación es un paso hacia una gestión financiera autónoma y responsable, esencial para tomar decisiones informadas, ajustar hábitos de consumo, incrementar ahorros y planificar inversiones futuras”

Si bien, existen muchas entidades financieras ofreciendo amplios portafolios en productos que han aportado a la inclusión financiera, existe todavía una importante brecha entre los jóvenes que acceden a estos productos, haciendo un uso responsable de ellos con verdadero conocimiento sobre el impacto que tienen en sus vidas, de ahí que todavía haya una deuda en materia de formación para la generación de aprendizaje en torno al manejo del dinero y la cultura del ahorro.

Es cierto que los jóvenes de hoy en día se enfrentan a un panorama financiero complejo. La inflación, el alto costo de vida y la incertidumbre laboral pueden dificultar la construcción de un futuro financiero estable, no obstante, el fortalecimiento en la planificación, la educación financiera y el desarrollo de estrategias inteligentes, son las que harán la diferencia al momento de tomar decisiones para construir un futuro próspero que permita lograr objetivos.

Para avanzar en esta construcción, hay una responsabilidad compartida entre gobiernos, empresas, sociedad civil y los propios jóvenes, orientada hacía el desarrollo de estrategias enfocadas en:

  • Invertir en educación y formación: Para brindar a los jóvenes acceso a una educación de calidad y formación para el trabajo que les permita desarrollar las habilidades y conocimientos necesarios para acceder a empleos decentes y bien remunerados.
  • Promover el emprendimiento: Apoyar a los jóvenes emprendedores a través de programas de financiación, formación y asesoramiento les permitirá crear sus propios negocios y generar oportunidades de empleo para ellos mismos y para otros.
  • Mejorar las políticas de empleo: Implementar políticas que fomenten la creación de empleos decentes para jóvenes, con salarios dignos y condiciones de trabajo adecuadas.
  • Reducir la desigualdad: Combatir la desigualdad social y económica a través de medidas redistributivas y políticas públicas que favorezcan la inclusión social.

El compromiso real debe estar enfocado en reconocer las necesidades y aspiraciones de los jóvenes, para que con un trabajo articulado, adquieran las herramientas necesarias para ser cocreadores de un entorno que les brinde oportunidades para desarrollarse y alcanzar su máximo potencial.

Fuente: Diario La República