Por: Luis Fernel Bonilla Rosero
Presidente Consejo de Administración

La Economía Social y Solidaria (ESS), es un conjunto de iniciativas sociales, económicas y culturales, que en su esencia promueven el trabajo colaborativo, la ayuda mutua, la solidaridad y la propiedad social de los bienes, direccionándose hacia el cambio del paradigma económico para responder a las necesidades de las personas, los grupos sociales y las comunidades. La ESS, propone solución contra la desigualdad que el sistema económico capitalista ha irradiado en los territorios y sectores subalternos, impulsándose mediante el desarrollo de valores como la fraternidad, la solidaridad social y el compromiso con el entorno y el apalancamiento de un sitial social diferente para los otros sectores sociales empobrecidos por líneas de desarrollo del gran poder financiero.

La Economía Social y Solidaria recoge una diversidad de experiencias de desarrollo comunitario, paliando los problemas de desigualdad de grupos y sectores sociales que perviven en los territorios: OTRA VISIÓN DE LA ECONOMÍA. La ESS pone en el centro de la economía el bienestar de las personas, situando recursos, producción y el consumo como medio para alcanzar el desarrollo de las personas y sus comunidades. La historia de la humanidad está llena de experiencias de prácticas de ESS; comunidades de colaboración, relaciones de trueque, mano cambiada, minga…etc., especialmente, en comunidades indígenas y pueblos afrolatinos.  

A mediado del siglo pasado, se consolida la Economía Solidaria como un modelo económico con una visión global de transformación social, cimentando estrategias para combatir la pobreza, la desigualdad y la protección y defensa del entorno.

Articulado a la Economía Social y Solidaria, aparece el Humanismo Social que, propugna por una sana cooperación y ayuda entre las comunidades, entre ellas y el Estado, de manera que aquella cumpla finalidades complementarias, respetando su autonomía y promoviendo que las personas en su dinámica social generen las posibilidades de su autorrealización, aceptándose tal y como son, con una identidad propia, producto del encuentro social y comunitario con valores y motivaciones que hagan posible el desarrollo personal.  

Es el reconocimiento a todos los seres humanos del derecho de dar sentido y estructura a su propia vida, de ser gestores de su propio crecimiento y desarrollo. El humanismo social promueve el desarrollo humano a través de promover el crecimiento individual visualizado en habilidades, actitudes, valores y experiencias necesarias para facilitar el desarrollo integral de las personas, las comunidades y los pueblos en beneficio de la sociedad.

Todas estas razones de crecimiento y desarrollo individual se recogen en la filosofía de la Economía Solidaria, donde las personas se agremian para soñar juntos un futuro mejor, para sí mismo, sus familias y los otros. Tejer redes de solidaridad y ayuda mutua, con tejidos que en su unidad fortalecen la presencia y participación en la vida social y económica del país; donde la cooperación de sus miembros en el ámbito económico y social es un medio para lograr que sus asociados, integrados en asociaciones voluntarias, obtengan beneficios para satisfacer sus necesidades particulares y sociales.

Independiente de los avatares del mercado, que mueven las posturas económicas de la macroeconomía del país; la filosofía solidaria y sus valores que es la fuerza que une a las personas-asociados, dignatarios y funcionarios, que conformamos las Cooperativas, debe permanecen inquebrantable: el sentido de lo colectivo y la defensa y permanencia histórica de la empresa solidaria como el “sentido social” que nos mueve.

Los últimos tres años, debido a las dificultades que nos dejó la pandemia, se han generado fracturas en la economía nacional, siendo las Cooperativas uno de los sectores afectados. En este momento el Banco de la República ha decidido mantener sus tasas en 13,25 %, argumentando que la inflación en el país no sede, aunque lo que perciben y expresan los Analistas es que la Reserva Federal de los Estados Unidos, está estudiando la posibilidad de aumentar sus tasas en 25 puntos básicos, esto puede incentivar la salida de capitales hacia el país del norte, lo cual, pretende el Banco de la República evitar, manteniendo las tasas en ese valor. 

La inflación ha ido cediendo terreno en un proceso muy lento, que es el argumento del Gobierno Nacional para exigir bajar las tasas al banco emisor, pero la iliquidez del mercado, que está afectando a los hogares más pobres, lo puede cambiar si el Ministerio de Hacienda, bajo las orientaciones del señor Ricardo Bonilla González, reactiva la economía a través de algunos sectores, entre otros, la construcción y mejoramiento de las viviendas e inversión en las vías del país.

Es así, como el aumento de la canasta familiar que afecta a todos los colombianos ha encarecido la vida, afectando con mayor intensidad a las personas que luchan día a día por la alimentación de sus hijos, sin contar con un ingreso estable que les permita generar una mayor tranquilidad a la vida familiar.